miércoles, 30 de enero de 2008

La Rana Catalina

Os presento nuestro cuento. La historia sale de una noche cuando Pepe me pidió que le contara un cuento, pero no de un libro.

Los dibujos los fuimos haciendo entre los dos, como una "manoaliar" más.

Espero que os guste.


LA RANA CATALINA

La Rana Catalina era una Rana muy presumida y muy feliz.
Vivía en una gran charca junto con sus amigas las Libélulas, más ranas y los pequeños renacuajos.Esa gran charca está adornada con unos preciosos nenúfares que tenían unas grandes hojas donde la Rana Catalina y sus amigas podían descansar y tomar el sol, o simplemente dormir una siesta.

Nadie sabe qué pasó, pero un buen día en la gran charca aparecieron unos objetos muy extraños que más bien dirían que era basura. Así la charca se llenó de papeles, de latas y de residuos que lo que consiguieron fue ensuciar cada día más y más la charca.Todas las ranas ya habían abandonado la charca, y las libélulas, incluso los nenúfares se habían desplomado y ya no se aguantaban a flote con sus bonitos colores.

La Rana Catalina no quería irse, pero la última libélula que huyó la advirtió:- Catalina, es mejor que te vayas, ya ves que lo de la charca ya no tiene solución, búscate otra charca antes de que la basura no te deje ni salir de la charca.Así que la Rana Catalina hizo caso y se fue de la charca muy triste.

Caminó y caminó hasta que se adentró en un bosque. Allí le preguntó a unos conejos si sabían donde podría encontrar una laguna o una charca donde poder vivir.- Siga recto Rana, al pasar aquellos pinos encontrará un pequeño lago donde podrá vivir- Le dijeron amablemente los conejos.

La Rana Catalina siguió recto y al pasar los pinos encontró el pequeño lago. Allí había más animales, había caracoles, había también libélulas, ranas y también renacuajos. Todos acogieron a la Rana Catalina muy amablemente, pero al pasar los días Catalina se dio cuenta que no podía seguir viviendo allí. Que aquel tubo que había en la charca echaba un agua tan negra que la ensuciaba, y que ella no aguantaba tampoco ese olor. Y es que cerca de allí había una fábrica que echaba sus residuos al pequeño lago.La Rana Catalina se despidió de todos los habitantes del lago, y se volvió a marchar triste porque no conseguía encontrar su hogar.

Anduvo y anduvo hasta caer la noche. Buscó cobijo para dormir y lo hizo debajo de un verde helecho para protegerse del frío.A la mañana siguiente, la Rana Catalina se dio cuenta que estaba en el monte, y pensó: "seguro que en este monte encuentro una laguna donde poder vivir". Se encontró con unos pequeños pajarillos a los que le preguntó si sabían de alguna charca, laguna o charco, y amablemente le contestaron:

- Sigue por este sendero, y cuando encuentres unos carballos a la derecha ve hacia ellos, por allí encontrarás una laguna. Esperamos que seas muy feliz allí.

La Rana Catalina enseguida encontró los carballos y se dirigió a la derecha. Rápidamente encontró una preciosa laguna rodeada de carballos y unas mesas y bancos de piedra.La laguna también estaba habitada de muchos animales, había peces, ranas y renacuajos, caracoles, mariposas, libélulas, mosquitos,...Catalina se presentó y fue acogida con mucho cariño por parte de los animales que ya habitaban la laguna.Pero tras pasar unos días allí, se dio cuenta de la realidad de la laguna. Por la semana era una laguna tranquila, pero los fines de semana iba tanta gente que la tranquilidad desaparecía. Además la laguna acababa con restos que las personas que allí iban dejaban tirados por el suelo y por la laguna, así que la laguna acababa siempre sucia también.El domingo, tras un día agotador de tanta visita, la Rana Catalina decidió marcharse. Se despidió de sus nuevos amigos y se marchó.

Catalina empezó a andar y se encontró en el medio del asfalto. Vio hacia arriba y descubrió un enorme coche, que, por suerte frenó a tiempo.Del gran coche bajaron un niño y una niña. Se acercaron a Catalina y dijeron:- ohhhh mirad Papá, Mamá, una preciosa rana. Nos la llevaremos para nuestro estanque, así los peces y las libélulas que tenemos tendrán unan ueva amiga. Y la ranita podrá descansar tranquila sobre los nenúfares.

- Hola Ranita, somos Lola y Pepe, ¿quieres venir con nosotros?Metieron a Catalina en una pequeña cajita y así se la llevaron a su casa.

Al llegar a su casa, Lola y Pepe llevaron a Catalina a su pequeño estanque.Catalina no se podía creer lo que estaba viendo. Un precioso jardín con un agradable estanque adornado con coloridos nenúfares y habitado por diferentes animales.El estanque estaba limpísimo y los animales que allí habitaban olían bien y eran muy felices.Lola y Pepe se encargaban cada día que el estanque estuviera limpio y que todos los animalitos y plantas estuvieran en perfectas condiciones.

Catalina por fin encontró su hogar y era totalmente feliz con sus nuevos amigos los habitantes del estanque, y como no, también era feliz con sus nuevos amigos Lola y Pepe.




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Vaya, no me deja poner las fotos ahora, pero no os preocupeis que las pondré en cuanto pueda.